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Ingresó un ejemplar macho de Corzuela Parda al Bioparque Salta

Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable Noticias Generales 16/11/2011 18:25

El pasado 5 de noviembre ingresó al Bioparque una Corzuela Parda (Mazama gouazoubira), lactante de entre diez y quince días, procedente de Tartagal.

Ingresó un ejemplar macho de Corzuela Parda al Bioparque Salta

La corzuela parda es una especie arbustívoro frugívora

 

El 3 del corriente, Gendarmería Nacional recibió en calidad de “entrega voluntaria” por parte de un particular, un neonato de Corzuela parda que habría sido encontrado deambulando por la vía pública. Al momento de la entrega el animal presentaba deshidratación y bajo peso.

Las crías lactantes requieren de atención asistida inmediata, deben ser hidratadas, alimentadas y se debe disminuir el estrés por la ausencia de la madre, sin pérdida de tiempo. Con el asesoramiento de la Estación de Fauna, personal de Gendarmería aplicó las técnicas de manejo apropiadas para recuperar el estado general del ejemplar, hasta que los técnicos de Ambiente realizaron su traslado al Bioparque Salta.

Actualmente el animal se encuentra en el sector de la nursery bajo asistencia especial. Allí se recuperó en su totalidad y actualmente presenta un estado nutricional óptimo y continuando, alimentándose mediante mamadera en varias tomas según lo dispuesto por los responsables del sector.

Cómo se trabaja

Para disminuir el estrés del pequeño ejemplar, se colocó un peluche a modo de madre sustituta. Esta metodología para neonatos, implementada recientemente, favoreció  a la supervivencia del 100% de las crías ingresadas, ayudando además, a que el animal no se vuelva dependiente de sus cuidadores. De este modo, la crianza artificial resulta positiva para el animal. En unas semanas se comenzará a incorporar alimentos sólidos en la dieta del ejemplar, sin descartar el suministro de leche, la que se suprimirá paulatinamente, teniendo presente los hábitos naturales de la especie.

Sobre la especie

La Corzuela parda (Mazama guoazoubira) es un cérvido que habita en América del Sur. En Argentina abarca diversas eco regiones siempre asociadas a zonas boscosas. Comprende una amplia distribución, desde el sur de México hasta el norte de Argentina y Uruguay. En Argentina se encuentra en las provincias de Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero; el este de Salta, Jujuy y Tucumán; sudeste de Catamarca y La Rioja y norte de San Luis, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.

Hábitat: Se la suele encontrar pastando al costado de los caminos o en zonas abiertas, aunque para huir busca la vegetación cerrada o los ambientes acuáticos. Vive en una gran variedad de hábitats, desde selvas subtropicales hasta el espinal entrerriano y se adapta bien a los ambientes modificados e incluso periurbanos que le impone el hombre.

Ocupa en Argentina ambientes boscosos de las Provincias Fitogeografías Chaqueña, Espinal, Monte, Paranaense y el piso basal de las Yungas. Muestran preferencia por hábitats abiertos o áreas de cultivos como zonas de forrajeo.

Biología de la Especie: Es el más abundante de nuestros ciervos. De hábitos crepusculares. Los machos marcan el territorio defecando en diferentes sitios, frotando sus astas y sus glándulas olorosas que tienen delante de los ojos en pequeños árboles o arbustos. A diferencia de otros ciervos no forma harenes. Su cuero es muy fuerte y se utiliza para realizar lazos y asientos muy resistentes.

Suele observársela sola o en parejas. Ecológicamente se comporta como una especie eurioica (que se caracterizan por ser poco exigentes en relación a un determinado factor) hallándosela en gran diversidad de ambientes y ecosistemas. Tanto machos como hembras muestran un comportamiento fuertemente territorial. Los machos marcan los territorios mediante el uso de señales olorosas y/o visuales.

La corzuela parda es una especie arbustívoro frugívora. Cuando no hay disponibilidad de frutos, la dieta se compone principalmente de brotes y hojas tiernas.

Se reproducen durante todo el año y paren una sola cría. La gestación dura unos 220 días. La cría nace con el cuerpo cubierto de manchas, que comienzan a desaparecer a partir del primer mes de vida y persisten hasta el cuarto a sexto mes. Durante las primeras semanas de vida la cría permanece oculta en áreas de vegetación densa y es de muy difícil observación; luego seguirá a la madre hacia áreas más abiertas para alimentarse. Pueden permanecer con la madre hasta los ocho meses de edad.

Causas de la disminución: La pérdida de hábitat retrae la distribución original de la especie y la fragmentación logra que por un lado se encuentren guazunchos en una baja densidad, y, por el otro, que los fragmentos sean más accesibles para los cazadores. Es intensamente cazada por su carne y su cuero en todo el territorio.

La exposición de la corzuela parda en claros y zonas de desmonte, la convierten en la presa predilecta de quienes practican la caza mayor, deportiva o de subsistencia.

También afecta negativamente a esta especie la destrucción de su hábitat. Sin embargo, la caza ilegal desmedida en el NOA alcanza cifras importantes.

Dado que la mayoría de los partos se producen a finales de la primavera y durante el verano, si consideramos el período de gestación de la especie de unos siete meses y medio, y la época de mayor intensidad de caza (abril – junio), la mayoría de las hembras muertas estarían en celo o gestando. Esto representaría ecológicamente un factor de alto riesgo contra la especie, debido a que las poblaciones de grandes mamíferos soportan mucho mejor una alta presión de caza sobre machos que sobre hembras.

Status de Conservación: A nivel Nacional es una especie considerada No Amenazada. Sin embargo, está disminuyendo debido principalmente a la cacería y la destrucción de su hábitat. Aunque la especie aparenta estar aún fuera de riesgo, no está permitida su caza.

 

Es necesario destacar que la capacidad de la corzuela parda para desarrollarse con éxito en áreas secundarias y muchas veces cercanas a núcleos humanos, hace de ella una especie muy visible en tales áreas. Situación que origina la percepción subjetiva de que la especie mantiene poblaciones relativamente abundantes, a pesar de la gran presión cinegética que existe sobre ella.


Fuente: Secretaria de Prensa

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