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En Orán se realizó la tercera edición del ciclo Diálogos

Gobernación Noticias de Salta 21/05/2010 10:48

En esta oportunidad se rindió homenaje al escritor oranense Santos Vergara.

En Orán se realizó la tercera edición del ciclo Diálogos

El encuentro cultural tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Orán.

La Casa de la Cultura de Orán albergó el pasado jueves la tercera edición de Diálogos, Ciclo de Entrevistas Culturales, que brindó un merecido homenaje a Santos Vergara, uno de los más trascendentes impulsores culturales de esa ciudad.
 
“Estamos muy contentos en Orán para presenciar esta nueva entrega de Diálogos”, expresó el secretario de Cultura Mariano Ovejero. “Esta es la tercera edición del ciclo, y la primera que hacemos en el interior. Elegimos a esta ciudad para honrar a uno de sus máximos gestores culturales.”

En una entrevista muy conmovedora, Patricia Patocco, directora del Artenautas, fue deshilvanando detalles de la vida de Santos Vergara y sus reflexiones: “Yo dibujaba -relató Vergara-.  Como mi hogar era muy humilde, mi casa estaba ubicada justo donde terminaba el pueblo y comenzaba el monte, no había posibilidad de tener un papel especial – narró Vergara – Yo no tengo idea porque, entre un ámbito tan alejado de lo artístico, a mi me nacieron las ganas de dibujar.”
 
“Como solo pude hacer primero inferior, porque a los 7 y 8 años debí salir a trabajar, mi única forma de expresión era a través de los dibujos. Después comencé con la escultura, con el adobe que encontraba en la zona, y con un cuchillo, le daba forma. Así fue mi inicio en el arte.”
 
“Después de andar vendiendo diarios, lustrando botas, vendiendo empanadas y humitas, un día me escapé de Orán y fui a Salta. Y fue toda una experiencia, a veces dormía bajo el puente, a veces en una casa donde me albergaban. Ahí fue, cuando a los 14 años, sentí que mi vida debía cambiar: quería aprender a leer” - confesó emocionado - “justo se instaló en Orán un plan de educación para adultos que no habían aprendido a leer ni escribir. Y cuando aprendí a escribir, me di cuenta del enorme poder de la palabra.”
 
Cuando se le preguntó sobre su adolescencia, Vergara respondió: “Me ayudó mucho la timidez. Me impedía acercarme a otros chicos. Y también la claridad de lo que yo quería. Ya en ese entonces quería ser escritor, así que supe mantener mi voluntad para no entrar en ninguna cuestión problemática.”
 
También relató una escena que ilustra la fortaleza de su vocación: “Le digo a una maestra que tenía, que yo quería ser escritor, y quería estudiar en la Universidad. Y claro, la maestra me vio, con las  alpargatas bigotudas, el jean cosidito, viejito, y habrá pensado que eso era imposible para mí. Me dijo que hiciera dos años para tenedor de libro, e iba a poder trabajar en algún comercio. No te metas en Letras, vas a tener que leer libros y libros, y después más libros para entender esos libros. Y yo pensaba, para mis adentros, que eso era justo lo que yo quería.”
 
“Por esas cosas de la vida, después tuve la suerte de que cuando quise estudiar la licenciatura en letras, la U.N.Sa. abrió un departamento para dictarla en Orán. Ahí me di cuenta de que las ganas, cuando son fuertes, atraen la buena fortuna. Y que cada uno es arquitecto de su propio destino”, recordó.
 
Sobre su relación con el arte, expresó: “La literatura me ilumina por todas partes. Tengo que estar leyendo permanentemente, ahora por ejemplo, aprovechando estos tiempos de Bicentenario, estoy estudiando documentos de Monteagudo, Belgrano, Moreno. Y lo debatimos en los grupos de lectura que tenemos. Es responsabilidad de las personas conocer más nuestra historia, aprender más.”
 
Sobre su proceso creativo explicó: “Por lo general me abstengo de escribir. Necesito que cuaje la idea. Necesito saber como va a terminar. Siempre escribo a mano, y por eso voy acumulando papelitos que hacen renegar a mi señora cuando está limpiando. Pero mi proceso de escritura es muy lento. Me lleva meses hacer un cuento.”
 
“Mi idea es del disfrute. Por supuesto que tengo una responsabilidad social como escritor, pero me centro principalmente en las herramientas estéticas, en el goce de la palabra. Busco generar sentimientos, despertar emociones, pero también que las palabras endulcen la atención del lector.”
 
El Grupo Vocación
También narró la historia del Grupo Vocación, cuya actividad dejó un legado imborrable en la vida cultural de Orán. “Veníamos de la dictadura y había una autocensura, pero con el advenimiento de la democracia nos dimos cuenta de que las expresiones culturales estaban siendo dirigidas para un sector social, se traían espectáculos a los que sólo iba la gente de clase media. Y nosotros queríamos que no sólo se trajeran cosas de afuera, sino también que se pudiera ver lo que se hacía en Orán. Así fue el origen del Grupo Vocación. Hubo un inicio con mucho entusiasmo, pero de producción débil. Recién a los 10 años comenzamos a publicar. Fue un grupo multiexpresivo: plásticos, escultores, músicos, teatristas y escritores. Su trabajo reveló que en Orán existen artistas que trabajan por la cultura. Y si bien, luego de 18 años de vida, se fue desvaneciendo, dejó un gran legado: los talleres de arte se convirtieron en la Escuela de Bellas Artes, se implantó una Semana del Escritor, se instauró El coloquio de las letras. Creamos muchos escritores. Y nos dimos cuenta, de que las cosas existen porque se las nombra. Nada se logra sin gestión.”
 
También reflexionó sobre la identidad nacional: “En el Centenario, Leopoldo Lugones reivindicó la figura del gaucho como lo argentino frente a la corriente inmigratoria. Pero no podemos decir que lo argentino se agota en las tradiciones gauchescas. Los descendientes de inmigrantes forman parte de lo argentino, en el norte, los coyas y diaguitas, en el litoral los guaraníes, en el sur los mapuches, todos ellos también forman parte de lo argentino. El Bicentenario tiene que integrar a todos.”
 
Habló de los marginados el sistema: “Me preocupan los pueblos originarios. También me preocupa el lugar de la mujer, relegada del discurso histórico. Las mujeres no sólo cuidaban el campo y la crianza. Esa visión de las cosas hay que comenzar a deconstruir, para encontrar la verdadera historia.”
 
Luego se invitó al público a realizar preguntas. La charla se extendió largamente, entre la admiración que expresaban los asistentes, las inquietudes sobre el arte, el placer de la escritura y las anécdotas personales que quienes conocían su vida pidieron que narrara para todos.
 
Finalmente Patocco, en nombre de  la Secretaría de Cultura, le hizo entrega de dos obsequios: el libro Las Lunas que debía de Gerardo Nuñez, magnífica edición integrada por poemas pertenecientes a poetas salteños de la generación de los años 60 y 70, que incluye su versión recitada en un CD. También le entregó un cuadro, con una foto tomada por Alejandro Ahuerma, gran amigo del escritor.
 
Así concluyó la tercera edición de Diálogos, que pone en evidencia la prolífica vida cultural que se vive en la ciudad de Orán, y la importancia de valorizar las expresiones artísticas en el interior de nuestra provincia.


Fuente: Secretaría de Prensa

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